jueves, 25 de junio de 2015

Iglesia Siriana Ortodoxa San Afrem

Diversidad, convivencia y cooperación religiosa en Argentina.
A principios del siglo XX, llegaron al país los primeros Ortodoxos Sirianos, muchos de ellos huyendo de la guerra y las persecuciones religiosas.


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martes, 23 de junio de 2015

Diversidad, convivencia y cooperación religiosa en Argentina: Culto Católico Húngaro de la CABA


La comunidad húngara está representada en la Ciudad por la Asociación de los Católicos Húngaros "Mindszentynum"



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martes, 9 de junio de 2015

Diversidad y convivencia religiosa en Argentina. Culto Anglicano.






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martes, 14 de abril de 2015

Santuario Santa Rita

Está en el barrio del mismo nombre en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Limita con los barrios de Villa del Parque al norte, Villa Mitre al este, Flores al sur, Floresta al sudoeste, y Monte Castro al oeste. Está ubicado en la Comuna 11.


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miércoles, 10 de diciembre de 2014

LA FOTOGRAFÍA COMO CULTO A LA MUERTE



Por el Lic. Gustavo R. Cichero

La fotografía se propagó por el mundo a partir del invento del daguerrotipo en 1839 y los primeros fotógrafos fueron europeos y norteamericanos.
El retrato individual y de grupos fue el género que predominó y permitió el desarrollo de la actividad fotográfica. Los primeros álbumes personales o familiares […] no tenían más que retratos […] (1)

  Actualmente la fotografía trata de inmortalizar situaciones importantes y felices de la vida personal, contribuyendo a esto la fotografía digital y la cantidad y variedad de cámaras de uso particular, las cuáles están al alcance de todos, incluso en forma de teléfonos celulares.

 Pero a fines del siglo XIX y principios del XX la situación era muy distinta. El retrato era simplemente un recordatorio de la persona y solo se honraba la comunión y el casamiento.

Las fotos familiares se transformaron en  objetos fuertemente personales y lamentablemente muchas no perduraron en el tiempo, ya que la gente destruyó el recuerdo que es considerado como propio o de su antepasado, impidiéndonos a la posteridad conocer aspectos de la vida de antaño, como vestuario, costumbres, poses y lugares.

A pesar de ello, podemos saber que nuestros antepasados no solo retrataban familiares vivos, sino también a difuntos, los cuáles compartían los álbumes familiares, aparecían colgados de la pared o en el panteón familiar. Estas representaciones nos permiten asegurar que la fotografía no solo es un documento informativo, sino también sensible; transmite sentimientos y emociones.
Pero las fotos de los difuntos no son las únicas que llaman la atención. También se retraban a enfermos terminales con el fin de tener un último recuerdo de la presencia material del familiar amado. Para el enfermo, el cual tenía indudablemente conciencia de su próxima muerte, significaba un acto de despedida.


En caso de que el difunto no sea fotografiado, la familia acostumbraba retratarse posteriormente con alguna imagen del familiar perdido.
Para realizar la toma fotográfica del difunto, el cuerpo podía preparase de varias formas. En el caso de bebés, se los presentaba generalmente con ojos abiertos si aparecía solo y cerrados si se encontraba en brazos de la madre, como dormido. También podían aparecer en sus cunas arropados y tapados, como si estuvieran durmiendo.
En el caso de los adultos aparecían acostados o sentados y con ropas de fiesta o uniformes en caso de militares y funcionarios estatales.
Con el correr del tiempo y pasada la primera parte del siglo XX, esta práctica tan distante para nosotros se fue abandonando.

     (Nos permitimos agregar a lo relatado por el Prof. Cichero, una de las razones que creemos fue la motivadora de la práctica que describe muy bien esta nota y se refiere a la costumbre o necesidad de los europeos que habían emigrado a nuestro país, de enviar un testimonio de la muerte o la enfermedad de un ser querido, como así de los cambios en las personas provocados por el paso del tiempo, a los parientes que quedaron en el terruño o se habían radicado en otros países de América. Este intercambio de imágenes, en uno y otro sentido, era bastante común. Hemos encontrado, revisando viejos álbumes familiares, fotografías que dan prueba del mencionado intercambio.
 


También tuvimos la oportunidad de conocer, allá por la década del sesenta, y tratar por bastante tiempo, a un fotógrafo de origen judío ruso, que se había radicado, al ingresar a la Argentina, en la zona de San Francisco, provincia de Córdoba y nos refería que su principal actividad profesional en esa localidad era retratar a los muertos y enfermos que se producían en las familias inmigrantes, con la finalidad de enviar esas imágenes a los parientes.

Entendemos que el abandono de esta costumbre, como bien se indica, a partir de la segunda mitad del siglo XX, obedece no sólo a un cambio cultural, sino a la pérdida de los lazos familiares con Europa por parte de los hijos de los inmigrantes y por la muerte, en uno y otro continente, de aquellos que habían sufrido la separación de las familias.

Por eso, no nos parece adecuado el título dado por el autor a la nota. No creemos que estas práctica pueda asociarse con un culto a la muerte o a la enfermedad, sino, como ya hemos dicho, a la necesidad de dar un testimonio del hecho a los seres queridos separados por la distancia). Jorge Surraco, editor.

Cita y Fuente consultada

1) DEVOTO, Fernando y MADERO, Marta; Historia de la vida privada en la Argentina; Tomo 2 (1870-1930); Bs. As. Ed. Taurus; 1999; Pág. 277  


miércoles, 3 de septiembre de 2014

LA FOTOGRAFÍA COMO DOCUMENTO HISTÓRICO



Por el Profesor Gustavo Cichero

Es por todos sabido que las imágenes forman parte del patrimonio histórico, necesario para estudiar el pasado. La evolución en materia de imágenes, nos ha permitido contar en el presente, con material historiográfico de un enorme valor. Hasta el siglo XIX,  la humanidad disfrutaba con grabados y pinturas, a los que solo tenían acceso los hombres de una acomodada posición. Pero al igual que muchas otras cosas, la situación cambió. Para la historia, 1839 es digno de recordar, pues en ese año el daguerrotipo fue conocido por la sociedad.

 

A partir de este momento, los soportes fotográficos se fueron perfeccionando y popularizando en su accesibilidad y costos.
La fotografía en Argentina viene de la mano de los inmigrantes. Numerosos fotógrafos europeos se trasladaron a nuestro continente con sus materiales de trabajo, registrando personajes destacados y características sociales que les llamaba la atención.
En nuestro país, la riqueza fotográfica es muy importante por su cantidad y calidad. Las imágenes que forman parte de nuestra historia, no solo se encuentran en repositorios públicos como pueden ser museos, archivos, fondos, entre otros, sino también en colecciones privadas.
Muchos tenemos fotos de nuestros antepasados, sin darles, además del valor sentimental, el histórico, que tan significativo es para ciencia histórica.
Distintas organizaciones historiográficas a nivel nacional, comprendieron a principios de la década de 1990, que gran parte del patrimonio fotográfico de nuestro país, estaba desapareciendo. Ante tal problema, el “Comité Permanente para los Congresos de Historia de la Fotografía” dio una serie de respuestas al interrogante “qué hacer con las fotografías antiguas”. Por otra parte, los objetivos que se plantean desde la “Federación Argentina de Fotografía”, consisten en concienciar a nuestros ciudadanos sobre la importancia del rescate fotográfico como documento social y establecer conductas que permitan salvaguardar el patrimonio cultural en imágenes. 

Antiguo Mercado Modelo de Gualeguay
 Por eso solicitamos - en calidad de préstamo para hacer una copia - a todos los habitantes de Gualeguay que posean fotos relacionadas con el pasado de nuestra ciudad  (paisajes, lugares públicos, personajes, comercios, fiestas patrias, etc.) acercarlas a la Biblioteca Popular Carlos Mastronardi, cita en calle 25 de Mayo 414.


sábado, 1 de febrero de 2014

Así pasan las horas y la luz




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